CINCO SUPERALIMENTOS QUE DEBES INTRODUCIR EN TU DIETA

Tomado del libro “Cocinar con Superalimentos” editorial Parragón

¿Qué son los superalimentos?

Desde hace años, los nutricionistas cantan las alabanzas de los llamados “superalimentos” por ser muy beneficiosos para la salud. Son muy nutritivos y aportan vitaminas esenciales, minerales, proteínas, carbohidratos complejos y grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas beneficiosas. Es esencial ingerirlos de manera equilibrada, no sólo para tener más energía y espolear el crecimiento, sino para ayudar a los procesos de reparación, inmunitarios y metabólicos esenciales. Y aún hay más: los superalimentos tienen un alto contenido en antioxidantes y fitoquímicos, que ayudan a prevenir el cáncer, las enfermedades coronarias del corazón, los ictus, la diabetes tipo 2 y la obesidad. 


1. Piense en verde: Cuanto más intenso sea el verde de las verduras, más luteínas y zeaxantinas es probable que contenga. El brócoli, la col, las acelgas, la col rizada, la rúcula, las espinacas y el berro, son ricos en clorofila, que ayuda a la oxigenación y a la salud de los glóbulos y, por ende, a combatir el cansancio. Además, son fuentes de vitaminas B, en especial de ácido fólico, así como de vitamina C, que potencia el sistema inmunitario, y vitamina K, que fortalece los huesos y favorece la coagulación de la sangre. La Col rizada es una magnífica fuente de hierro. El brócoli y la coliflor pertenecen a la familia de la col y son buenas fuentes de compuestos azufrados.

2. Chocolate Negro: Elija un chocolate con al menos un 70% de cacao. Cuánto más alto el contenido de cacao, más flavonoides, que ayudan a reducir infecciones y previene el daño celular. El chocolate negro contiene, además, magnesio mineral, necesario para el funcionamiento de los nervios y los músculos, y el aminoácido triptófano, que el organismo utiliza para producir serotonina.

3. Semillas germinadas: Cuando las semillas germinan y empiezan a brotar, sus nutrientes naturales se multiplican para satisfacer las necesidades crecientes de las plántulas. Ello las convierte en una buena opción para añadir a un plato una amplia variedad de antioxidantes, proteínas, minerales y vitaminas que refuerzan el sistema inmunitario. Cuando las semillas brotan, las enzimas de las plantas se multiplican y facilitan la digestión. Conviene tener en cuenta que los niños menores de cinco años, los ancianos, las embarazadas y las personas con un sistema inmunitario débil son vulnerables a las bacterias que pueden estar presentes en estos brotes, por lo que no conviene que los coman crudos.

4. El plátano: es un magnífico refrigerio energético, además de una excelente fuente de azúcares naturales, almidón y potasio, que ayudan a regular la tensión de la sangre y reducen el riesgo de padecer infartos e ictus. Es la única fruta que contiene el aminoácido triptófano y vitamina B6, que producen la serotonina química natural, lo cual lo convierte en un alimento “del buen humor”

5. Frutos secos y semillas: Muy proteínicos, los frutos secos aportan muchos de los minerales que también obtenemos de la carne, como vitaminas B, fósforo, hierro, cobre y potasio. Su contenido en grasas es alto, por lo que conviene añadirlos con moderación a los platos. Los frutos secos son una de las principales fuentes de vitamina E, si bien esta se destruye cuando se tuestan, así que lo recomendable es comerlos crudos. Hoy en día es fácil encontrar en el supermercado semillas de cáñamo, linaza, chía y sésamo, así como semillas de calabaza y de girasol. Como los frutos secos, las semillas son muy calóricas. La linaza es rica en vitaminas B, magnesio y manganeso, además de ácidos grasos esenciales omega 3 y 6. Las semillas de chía también son una fuente rica en ácidos grasos esenciales, además de calcio, hierro, cobre y zinc. Las semillas de cáñamo son las únicas que contienen todos los aminoácidos esenciales.